29 noviembre 2009

Hoy domingo el diario La Verdad, a quien felicito, por cierto, por su cambio de imagen, me ha publicado este artículo que os invito a leer:

LA TRIBUNA DE LA VERDAD
Lo último que la Región necesita
Domingo, 29 de Noviembre de 2009

La economía, como la medicina, necesita acertar en el diagnóstico como paso previo al tratamiento. Junto con el componente internacional y el nacional de la crisis que vivimos, nadie en la Región de Murcia, salvo el PP, duda de que existe un factor regional sin el cual es imposible explicar cómo el desempleo ha crecido aquí el doble que la media nacional desde el inicio de la legislatura autonómica. Ese mayor impacto tiene que ver con decisiones políticas tomadas aquí en el pasado, y es importante reconocerlo porque, en caso contrario, es difícil adoptar las decisiones que la Región necesita.

Yo entiendo que Valcárcel no quiere dejar el poder con 50.000 parados más que cuando llegó, pero un nuevo cambio de opinión como ése exige al menos aparentar un liderazgo para la reconversión que la Región necesita. Porque no habrá recuperación sin reconversión. Ese necesario liderazgo para el cambio se tiene que apoyar en mensajes claros, reformas ambiciosas y en políticas concretas. Por ello, la reconducción del desastroso camino que llevamos debe tener en los Presupuestos regionales una piedra angular. Los Presupuestos, hoy más que nunca, no pueden ser un conjunto amorfo de números, sino que necesitan un sentido, un mensaje a la sociedad.

El mensaje de los Presupuestos que ha presentado Valcárcel en la Asamblea Regional no puede estar más lejos de lo que los ciudadanos necesitan oír. Porque si no es así, no se entiende que se reduzca la inversión en un 30 por ciento o el esfuerzo en investigación y desarrollo tecnológico en un 20, la mengua de la política industrial en un 34 por ciento, o los recortes al comercio de un 25 por ciento, mientras que las cuentas de turismo caen un 38 por ciento y un 10 la política medioambiental. Todo ello es un disparate, un suicidio, una rendición como la del boxeador que baja los brazos a la espera del golpe definitivo. Puede parecer que no hay más elección porque no hay más dinero, pero la reducción de ingresos de todas las administraciones es un efecto directo de la crisis y tiene poco que ver con el sistema de financiación.

Pero sí hay elección. El Gobierno regional mantiene una legión de más de un centenar de entes diversos, fundaciones, consorcios, empresas públicas, organismos autónomos, con la Televisión Autonómica como mascarón de proa de una nave demasiado grande, demasiado cara y demasiado ineficaz. Y no he visto en los últimos meses ni un sólo gesto al respecto. Sólo anuncios vacíos de contenido. El crecimiento del sector público regional ha sido en los últimos años desordenado y alejado de toda lógica política, social y económica. Así es que el gasto corriente crece por encima del 6 por ciento para 2010, cuando la economía decrece, y la inflación se sitúa en torno a cero.

No hay duda, por tanto, de que estos Presupuestos del Gobierno de Valcárcel es lo último que la Región necesita. Estas cuentas lastrarán nuestra economía porque reducen las inversiones productivas e incrementan el gasto infructífero, elevando el endeudamiento hasta límites difícilmente sostenibles. Es un hecho que la situación financiera de la Hacienda regional es insostenible, y para muestra un botón: los centenares de proveedores que hace más de un año que no cobran del Servicio Murciano de Salud.

Falta, en definitiva, un plan de austeridad y de racionalización del gasto con objetivos rigurosos y la firme de determinación de llevarlo a cabo. Ello permitirá que la Comunidad Autónoma realice un mayor esfuerzo presupuestario para luchar contra la crisis y crear empleo, realizar una política social más ambiciosa, así como destinar recursos al urgente cambio del patrón de crecimiento.

La situación que estamos viviendo va a poner de manifiesto que no todas las comunidades autónomas van a salir de la misma manera de la crisis. Si cabe, existirán más divergencias que en el pasado en los niveles de crecimiento, de generación de empleo y de bienestar entre las distintas regiones. Hasta ahora la construcción de viviendas, en todos los territorios, nos hacía más homogéneos económicamente, pero esa palanca de crecimiento va a desaparecer para muchos años. Espero que los que han tardado quince años en darse cuenta de que su modelo de crecimiento nos iba a traer pobreza para la mayoría de los ciudadanos, no tarden un mes más en tomar siquiera una medida en la dirección correcta.

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