24 abril 2012

Ensañamiento ideológico




Estos 4 primeros meses del gobierno del PP pasarán a la historia de España como la voladura del sistema de derechos y cohesión social que los españoles habíamos construido a lo largo de los últimos 35 años. Una parte de las medidas pueden ser discutidas a la luz de la crisis internacional y de las necesidades de reequilibrio presupuestario, pero otra parte no tiene mucha discusión en ese debate y su inclusión en este trágala es la prueba evidente de que la derecha está aprovechando la crisis para pasar una serie de cuentas pendientes al conjunto de la sociedad española. Veamos algunos ejemplos.

Si empezamos por lo más general, el propio conjunto de recortes se puede discutir, en su tamaño y en su composición. El gobierno puede defender que es una necesidad, de la misma forma en que nosotros podemos pensar que un recorte demasiado grande no ayuda ni a la salida de la crisis ni siquiera a la consolidación fiscal, porque sólo produce más dolor, más crisis, y menos recursos públicos. Pero si en medio de ese debate aparece una amnistía fiscal y un menor esfuerzo de lucha contra el fraude, lo que se dibuja es una estrategia no sólo ineficaz, sino injusta, tanto porque reparte los esfuerzos entre los más débiles como por que, además, libera de ellos a los que más contribuyeron al origen de la propia crisis.

Un ejemplo más concreto se puede encontrar en los recortes sanitarios y educativos aprobados este viernes. Seguro que la Universidad puede funcionar con menos dinero, pero si se suben las tasas a la vez que se reducen las becas, la educación superior se vuelve a convertir en un privilegio justo en el momento en el que el país debería ver más evidente que no puede permitirse derrochar el talento. Dicho de otra forma: seguramente es razonable dejar de impartir carreras con menos de 10 alumnos, pero deberíamos garantizar que al menos los cinco mejores puedan trasladarse a otra universidad, con lo que mejoramos la eficiencia, ahorramos dinero y no socavamos nuestro futuro ni la igualdad de oportunidades.

La vuelta atrás en el control de la televisión pública es el elemento de cierre de esta regresión. Como acertadamente señalaba Elena Valenciano, nadie discute la legitimidad de un gobierno recién salido de las urnas, pero nadie le ha dado permiso para hacer una regresión política y social como ésta.

La curiosa manera de vender la subida de tasas universitarias

El gobierno ha decidido subir las tasas universitarias entre un 15 y un 60%. Esta es una realidad dura, y sus genios del marketing político han decidido transformar la decisión y hablar del porcentaje del coste que sufraga el alumno, de forma que se pasa del 15% actual al 20 y hasta el 100% para ciertos alumnos repetidores. La idea es enfatizar que la sociedad corre y seguirá corriendo con la mayor parte del coste de la universidad pública en España. Es una forma sutil de culpar a la víctima de la medida, porque sigue siendo un privilegiado al que se la paga más de la mitad de lo que cuesta su educación.


Esta forma de medir abre la puerta a varios desarrollos posteriores, y casi todos son peligrosos. La primera pregunta que surge es cómo se mide el coste del servicio. Por ejemplo, porque la universidad pública soporta un gasto importante en investigación que pocas universidades privadas realizan y que se supone que beneficia al conjunto de la sociedad más que al alumno, de forma que habría que descontarlo. Otra cuestión a la hora de realizar ese cálculo es si se hace para cada estudio o para el conjunto. Si se hace para cada estudio, las carreras con menos alumnos deben ser más caras, lo que a su vez reducirá su demanda y dejará sin mercado una parte de las que ahora cuentan con demanda privada y social razonable. Si, por el contrario, el porcentaje que se aplica es el mismo para todas las carreras, se estará evidenciando algo que ya pasa, que los alumnos de carreras “baratas” (porque los grupos son numerosos o porque no hay costes adicionales de prácticas u otros) subvencionan a los de carreras “caras”. En este caso las universidades privadas, sobretodo las malas, tendrán un impulso notable, porque si ya sus alumnos no pagan es esfuerzo lo que pagan en dinero, ahora quedará claro que allí tampoco tienen que soportar el coste de formaciones que requieren una mayor inversión (pero que la sociedad recibe ese retorno, como en medicina). Vamos, que la subida, y la forma de enmascararla el gobierno, va a plantear el dilema de si se hace homogénea o no entre carreras, y cualquier respuesta es mala.





09 abril 2012

Hemos calculado el "expolio" al Estado del Bienestar

Aquí os dejo un enlace, de El País,  que cuantifica el "expolio" al Estado del Bienestar  producto de  la amnistia fiscal,  y que hemos calculado  desde el PSOE y GESTHA- el mayor sindicato de técnicos de hacienda-
http://politica.elpais.com/politica/2012/04/09/actualidad/1333924578_031085.html

04 abril 2012

La amnistia fiscal: un expolio al Estado


Aquí os dejo un artículo que me han publicado hoy en El economista.


En el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado el Gobierno quiere cuadrar las cuentas con una amnistía fiscal en este país. Hay poderosas razones éticas, económicas y presupuestarias que justifican rechazar tal medida.

A mi juicio, las razones éticas son las más importantes. En los países más atrasados se persigue hasta con la pena capital todo tipo de robos a la propiedad privada, sin embargo, en muchos casos se mira con mejores ojos el saqueo a la administración pública. Ese tipo de actitudes son inaceptables, y por ello, en una sociedad moderna como la nuestra no se puede permitir que los defraudadores, los que no han pagado al Estado, en muchos casos los que han contribuido a cebar la burbuja inmobiliaria obteniendo pingües beneficios privados, y nefastas consecuencias colectivas, no paguen lo que deberían pagar. Cuando ello sucede, y así va a suceder con la amnistía fiscal del PP, se le está sustrayendo al Estado de recursos fundamentales para realizar sus funciones económicas y sociales. En definitiva, se está expoliando a la sanidad, a la educación, a los pensionistas, a los universitarios, a los investigadores, etc. Se están despojando recursos a las personas y a las familias que más necesita del papel de la administración pública. Robar en una tienda debe tener las mismas consecuencias que hurtar al Estado los recursos con los que ejercer su papel de redistribuir y estabilizar la economía.

La amnistía fiscal debilita la credibilidad de lucha contra el fraude. Los defraudadores van a pensar que siempre habrá otra oportunidad para ser amnistiados. En el fondo, es un plan de lucha contra el plan de lucha contra el fraude. Es el segundo golpe a la lucha contra la economía sumergida que propina este Gobierno. El primero es la destitución de la cúpula de Oficina Nacional de Lucha contra el Fraude (ONIF). Pero además el Gobierno envía un mensaje a los empleados públicos que trabajan duramente en esa dirección, y es la incapacidad de la Agencia Tributaria para luchar contra la economía sumergida. Más bien al contrario lo que debería realizar el Gobierno es un ambicioso plan de lucha contra el fraude.

En resumen, un tratamiento desigual para los ciudadanos españoles, no solamente porque la inmensa mayoría de ciudadanos paga sus impuestos, es que además conviene recordar que más del 70% de la evasión tributaria proviene de las grandes empresas y grandes fortunas de nuestro país.

No parece que España vaya a ganar reputación internacional con una medida como la que ha planteado el Gobierno a tenor de los países que han tomado esas medidas recientemente.

Los portavoces del PP repiten que este tipo de amnistías ya las hizo el PSOE. Bien es verdad, que la última hace más de 20 años cuando aún no se había creado la Agencia Tributaria. Lo que la evidencia nos enseña es que las amnistías fiscales son infructíferas a la hora de luchar contra el fraude y la economía sumergida. Los estudios más recientes sobre la economía española y la economía informal recuerdan que entre 1988 y 2008 mientras que la economía se duplicó, la sumergida se multiplicó por cuatro.

Hay otras consecuencias de índole presupuestaria, que debemos destacar también: ¿por qué la recaudación prevista va a ser de 2.500 millones?; ¿en qué cálculos se basa el Gobierno? Cuestiones importantes para conocer si las estimaciones de ingresos son consistentes con el gasto que se ha presupuestado.

Otra de las grandes lagunas importantes de este Proyecto de Presupuestos es la ausencia de una estrategia de crecimiento. Evidentemente nuestro país está inmerso en un proceso de consolidación fiscal, pero el Gobierno debería priorizar las partidas de gasto que tienen que ver con el potencial de crecimiento de la economía española. Priorización que no se produce en el mencionado Proyecto de Presupuestos.





01 abril 2012

Sin estrategia de crecimiento


Aquí os dejo un artículo que me ha publicado el diario económico Cinco días sobre los Presupuestos para 2012
http://www.cincodias.com/articulo/opinion/estrategia-crecimiento/20120402cdscdiopi_5/

Los Presupuestos para 2012, el crecimiento económico y los impuestos

En una primera aproximación a la presentación de los Presupuestos Generales del Estado, destacan, a mi juicio, dos cuestiones:

• la ausencia de una estrategia de crecimiento,
• y la ausencia de una estrategia relativa a la fiscalidad.

- No se vislumbra, en la mencionada presentación, ni siquiera entre líneas que el Gobierno de España tenga una política clara de prioridades en materia de crecimiento: en educación, formación, investigación e innovación, internacionalización, turismo, energía renovables, empleabilidad, etc. Unas prioridades que nos permitirían ganar competitividad por la vía de incrementar la productividad y no por la vía del abaratamiento de los salarios. Dicho de otra manera, en el proyecto de presupuestos está la sangre, el sudor y las lágrimas ( para la mayoría de los españoles no para todos), pero no la esperanza.

- Por el lado de los ingresos, el Gobierno no vuelve a mostrar una inconsistencia fiscal manifiesta. Por cierto, el PP en la oposición basaba toda su política económica en una disminución de los impuestos, sin embargo, Montoro va a pasar a la historia como el ministro que más ha subido los impuestos en la historia de la democracia.

- De una parte, la amnistía fiscal debilita la credibilidad de lucha contra el fraude. Los defraudadores van a pensar que siempre habrá otra oportunidad para ser amnistiados. En el fondo, es un Plan de lucha contra el Plan de lucha contra el fraude. En definitiva, es un golpe a la lucha contra el fraude, en realidad, es el segundo golpe que propina este gobierno. El primero, es la destitución de la cúpula de Oficina nacional de lucha contra el fraude(ONIF).

- No parece la amnistía fiscal vaya a gustar a Europa desde el punto de vista de la sostenibilidad de las finanzas españolas. Es una medida que se ha aplicado en la Italia de Berlusconi, en Grecia y Portugal, etc. España no gana credibilidad con esta medida.

- No parece que vayan a repatriarse los capitales nacionales con la amnistía fiscal tal como está la credibilidad del terruño patrio. Lo que está sucediendo es que los capitales de los no residentes están emigrando.

- Pero no es verdad que haya un reparto justo de los esfuerzos en materia fiscal. Los responsables del gobierno en las materias económicas, son especialistas en decir una cosa y luego hacer otra. La subida del IRPF y la restitución de la deducción de la compra de vivienda a las rentas altas, no hace más justos impuestos en nuestro país. Con la amnistía fiscal, se premia a los que incumplen, a los defraudadores, a los especuladores causantes de la crisis, y se castiga a los ciudadanos que han cumplidos subiendo los impuestos, especialmente a las rentas medias y también a las familias más humildes.

- Llama la atención, el efecto de los cambios transitorios. El Gobierno está calificando muchas de sus medidas como transitorias, como forma de mitigar su impopularidad, pero quizá lo que mitiga de verdad sea su efectividad; esto depende del caso concreto y habría que verlo en unos cuantos ejemplos.

- Un caso claro es la eliminación de algunas deducciones en el Impuesto de Sociedades, que grava los beneficios empresariales, dada la situación económica y la naturaleza de este impuesto, su recaudación ha caído varias veces más que la del conjunto del sistema tributario. Eliminar deducciones en ese contexto tiene poco efecto sobre los ingresos corrientes. Como nuestro problema fiscal es fundamentalmente de sostenibilidad, esa medida tiene efectos hoy en tanto contribuya a mostrar unos ingresos futuros más altos. Vamos, que si la medida es transitoria no sirve, ni para ingresar ni para ganar credibilidad.

- No deja de ser curioso que una de las pocas medidas fiscales con vocación de permanencia sea la recuperación de la desgravación por adquisición de vivienda para las rentas más altas. Ahora tiene poco efecto porque hay pocas adquisiciones de primera residencia, pero tiene un efecto demoledor sobre la capacidad recaudatoria (y redistributiva) del IRPF en el futuro. Si la medida fuese transitoria podría estimular el mercado (aunque es muy dudoso), pero al ser permanente tiene efectos mucho menores sobre la demanda y mucho mayores (negativos) sobre la capacidad de recuperación fiscal.

- En otros casos el Gobierno ha conseguido rizar el rizo y simultanear lo peor de ambos horizontes. Cuando el ministro Sr. Montoro insiste en que las subidas de impuestos son transitorios, los sufridos perjudicados no se lo creen, con lo que implica en cuanto a sus efectos sobre el consumo y el clima social en general; pero si alguien lo toma en serio fuera de España sólo serviría para poner más en duda la sostenibilidad de las cuentas españolas.

- Por cierto, sigue faltando, en los presupuestos, 10.000 millones para cubrir el déficit previsto del 1% de la Seguridad Social.