Quiero que conozcáis mi opinión concreta sobre por dónde tienen que ir las grandes reformas en la Región de Murcia para salir de la crisis, y salir de una forma sostenida y sostenible.
Hoy el diario La Verdad me ha publicado un artículo en el que explico esto. Necesitamos un gobierno en la Región, con ideas y ambición. Pero como no lo hay, es cada vez más urgente abrir una nueva etapa en la política murciana.
El artículo dice así:
La situación económica y social exige que las personas que nos dedicamos a la política trabajemos en la propuesta de medidas que conjuguen los enormes costes personales de esta crisis y que permitan encontrar lo antes posible vías de reconducción de la situación. Lo que los ciudadanos piden es que arrimemos el hombro, y lo que no nos deben permitir es que juguemos a trasladar a otros las responsabilidades.
El Gobierno de España tiene las principales competencias en cuanto a conjugar los efectos personales inmediatos, y las comunidades autónomas son responsables de promover una salida a medio plazo, porque ellas tienen las competencias que deciden el futuro: educación, política industrial, medio ambiente y otras muchas. En nuestra comunidad, es responsabilidad del Gobierno regional haber apostado por un modelo insostenible que nos coloca, junto con Canarias y la Comunidad Valenciana, a la cabeza en la destrucción de empleo.
Dicho esto, creo que el debate sobre el pasado en política sólo es útil si ilumina las opciones de futuro. El PP y el PSOE teníamos distintas opciones de desarrollo antes de esta crisis, y tenemos distintas visiones sobre cómo salir de ella: el PP quiere reducir impuestos a los niveles más altos de renta, mientras que nosotros, con la mayoría de los gobiernos internacionales, creemos que el impulso a políticas estratégicas nos permitirá salir antes y mejor de la situación actual. Además de qué queremos hacer, nos diferencia el cómo lo queremos hacer: Zapatero ha ofrecido a Rajoy negociar varios acuerdos nacionales y éste los ha rechazado, algo parecido a lo que me ha ocurrido a mí con Valcárcel. Creo que la Región de Murcia no puede convivir con tasas de destrucción de empleo cercanas al 8 por ciento sin replantearse seriamente sus opciones de futuro, y esto tiene un cauce natural, que en democracia debería estar formado por la negociación entre Gobierno y Oposición, como mecanismo para implicar al conjunto de la ciudadanía.
Mi propuesta de búsqueda de acuerdos incluye, al menos,los siguientes ámbitos:
–Formación. En los distintos niveles (universitaria, educación obligatoria y no obligatoria y otras enseñanzas no regladas) en la Región de Murcia se invierten muchos cientos de millones de euros anuales, la mayor inversión que realiza en su futuro, y ello no ha impedido que miles de buenos puestos de trabajo no puedan ser cubiertos por trabajadores y trabajadoras residentes aquí. Frente a ello, miles de jóvenes murcianos han tomado decisiones equivocadas en estos últimos años al abandonar el sistema educativo y sufren ahora las consecuencias, aunque ellos no son los únicos responsables. La Universidad tiene que ser una de las palancas fundamentales del desarrollo. La política regional al respecto ni la ha apoyado suficientemente, ni ha exigido a cambio resultados concretos. La estrategia correcta debe ser justamente la opuesta: apoyar con medios y exigir resultados medibles, porque ahí nos jugamos el futuro.
–Impulso social. Si hay algo seguro en el futuro próximo de España y Europa es que el porcentaje de personas mayores va a seguir creciendo. El Gobierno de España ha puesto en marcha el ambicioso proyecto de la Ley de Dependencia, que en Murcia está teniendo menos impacto que en el resto de comunidades por carecer de un impulso propio a la política social. Debemos ser capaces de apostar por nuestro complejo socio-sanitario como mecanismo de solidaridad con los más desfavorecidos, y también como pieza básica de nuestra ventaja competitiva frente a otras zonas.
–Reducir la burocracia y controlar el despilfarro. Las administraciones tienen que apretarseel cinturón, y entre ellas la Comunidad Autónoma es la que más ha disparado sus gastos en los últimos años, y la que más fácilmente los puede reducir. Deberíamos ser capaces de hacer de la necesidad virtud, y que esta reducción de gastos lleve aparejada una reestructuración de procesos administrativos con un servicio a los ciudadanos más ágil, transparente y eficaz. Para ello es necesario reducir las cargas administrativas de las empresas y podar el entramado institucional de fundaciones, consorcios y demás entes.
–Turismo y medio ambiente. No ha habido un plan global para situar a la Región como destino turístico en Europa dentro de una cierta categoría. Categoría que, para ser sostenible, tiene que ser de calidad, con un plan global de ordenación del territorio e implicar fuertes exigencias de servicios y valor añadido al conjunto de la Región por parte de las empresas participantes.
–La industria y nuestro futuro. La planificación industrial se presta a la palabrería por ser terreno abonado a los tecnicismos, pero lo cierto es que seguimos sin aprovechar las oportunidades que se nos brindan en el ámbito tecnológico de la energía, y continuamos sin desarrollar todas nuestras capacidades en la tecnología de los alimentos, con el objetivo de que la competencia de países terceros no nos deje fuera de un mercado en el que somos y debemos seguir siendo fuertes.
En conclusión, los ciudadanos y las ciudadanas nos exigen respuestas, y desde el Partido Socialista queremos contribuir al debate constructivo sobre los retos del futuro de nuestra Región, por lo que nuestra oferta de diálogo y colaboración con el Gobierno regional sigue abierta.
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