A ver quién lo entiende. Al hilo de FITUR y a bombo y platillo, la consejería de Turismo del Gobierno regional de Valcárcel presentó en una rueda de prensa, ofrecida el pasado 30 de enero, a un tal Vladimir Karabatic, supuesto experto internacional en estereotipos. Según aseguró ese día el consejero popular, Pedro Alberto Cruz, Karabatic (presente en la convocatoria) había creado, entre otros, los lemas “Typical Spanish” o “Paella valenciana”. Además, según la biografía proporcionada por el Gobierno regional, Karavatic nació cerca de Dubrovnik en 1932, y cursó estudios universitarios en la facultad de Antropología de la "Warsawz Universitij" (Universidad de Varsovia) en 1946, además de señalar supuestas estancias en la España de los 60 cuando Manuel Fraga era ministro de Información y Turismo.
Ese mismo día, los responsables de la Consejería, a quienes imagino muertos de la risa, se tomaron hasta la molestia de colgar una referencia de este señor en Wikipedia, (página que, por cierto, ha sido borrada por un operador de su sistema por “bulo” o “fraude”, como podéis comprobar en este enlace)
Bueno, pues resulta que Cruz ha reconocido recientemente que Karabatic no existe. Es un personaje que contrató con el objetivo de hacer una campaña de difusión del turismo de la Región, para lo que no ha dudado en utilizar a los medios de comunicación aún a sabiendas de que la información que ofrecía era pura invención. Ahora, para colmo, los asesores del Sr. Cruz no tienen empacho en darle la vuelta a la tortilla y culpabilizar a los propios periodistas por no contrastar una información oficializada por la Administración regional a través de un comunicado de la Consejería de Presidencia. El caso es escurrir el bulto y no afrontar las dudas que afloran en la mente de cualquiera: ¿Dónde queda la obligación de la Administración Regional de garantizar a los ciudadanos una información veraz? ¿Es lícito el uso de la mentira como actuación política? Valorad vosotros mismos. Para mí desde luego, no.
Voy más allá. En una Región con 100.000 parados, el Gobierno de Valcárcel despilfarra tres millones de euros en una campaña basada en la mentira. Eso es lo que va a costarle a los murcianos y a las murcianas el caprichito del consejero, que además está que no cabe en sí de gozo con su estupenda ocurrencia.
Una vez conocidas las bondades teatrales del Gobierno de Valcárcel, ya sólo nos queda saber discernir cuándo nos hablan en serio y cuándo nos están tomando por el silbato del sereno. Casi siempre va a ser lo segundo, me temo.
Ese mismo día, los responsables de la Consejería, a quienes imagino muertos de la risa, se tomaron hasta la molestia de colgar una referencia de este señor en Wikipedia, (página que, por cierto, ha sido borrada por un operador de su sistema por “bulo” o “fraude”, como podéis comprobar en este enlace)
Bueno, pues resulta que Cruz ha reconocido recientemente que Karabatic no existe. Es un personaje que contrató con el objetivo de hacer una campaña de difusión del turismo de la Región, para lo que no ha dudado en utilizar a los medios de comunicación aún a sabiendas de que la información que ofrecía era pura invención. Ahora, para colmo, los asesores del Sr. Cruz no tienen empacho en darle la vuelta a la tortilla y culpabilizar a los propios periodistas por no contrastar una información oficializada por la Administración regional a través de un comunicado de la Consejería de Presidencia. El caso es escurrir el bulto y no afrontar las dudas que afloran en la mente de cualquiera: ¿Dónde queda la obligación de la Administración Regional de garantizar a los ciudadanos una información veraz? ¿Es lícito el uso de la mentira como actuación política? Valorad vosotros mismos. Para mí desde luego, no.
Voy más allá. En una Región con 100.000 parados, el Gobierno de Valcárcel despilfarra tres millones de euros en una campaña basada en la mentira. Eso es lo que va a costarle a los murcianos y a las murcianas el caprichito del consejero, que además está que no cabe en sí de gozo con su estupenda ocurrencia.
Una vez conocidas las bondades teatrales del Gobierno de Valcárcel, ya sólo nos queda saber discernir cuándo nos hablan en serio y cuándo nos están tomando por el silbato del sereno. Casi siempre va a ser lo segundo, me temo.
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