
Sr. Valcárcel:
Vaya por delante mi rechazo, manifiesto y sin paliativos, a las enmiendas presentadas por mi propio partido al Estatuto de Castilla La Mancha. Esto es así porque antes que socialista soy murciano. Soy ciudadano de una tierra sedienta, que tiene en el esfuerzo diario de sus agricultores su mejor seña de identidad.
Como viene siendo habitual, su Grupo Parlamentario, planteó ayer en la Asamblea Regional una serie de preguntas encaminadas a su lucimiento personal y, lo más grave, a emitir mensajes erróneos y confusos a la opinión pública. Sólo así se entiende que usted no haya sido capaz de emitir con contundencia, ni en una sola ocasión, su reprobación a las enmiendas presentadas por su partido al Estatuto de Castilla-La Mancha, y que ponen en peligro la viabilidad del trasvase tanto o más que las presentadas por el Partido Socialista.
Hay una diferencia evidente entre ustedes y nosotros. Lo sabe. Y sabe también que esa diferencia no le es ajena a la ciudadanía ni a los mayores afectados en este conflicto: los regantes de nuestra tierra.
Nosotros hemos tenido la suficiente valentía para rechazar, repito, sin paliativos, aquello que no es bueno para la Región, anteponiendo el interés general de aquellos a los que nos debemos, los ciudadanos, y muy especialmente los agricultores, por encima del interés partidario. Algo de lo que ustedes, hoy por hoy, no pueden presumir.
Pero hay algo aún peor y que no me cabe ninguna duda de que terminará pasándole factura: Usted está dinamitando día a día la posibilidad de que todas las fuerzas políticas de la Región de Murcia vayamos unidos en la defensa del trasvase, que es, lo que pide el sentido común y lo que exigen aquellos a quienes representamos.
Sr. Valcárcel. Esta es la hora en la que usted no ha reprobado la actitud de los diputados nacionales de su partido por Murcia, que la pasada semana sonreían abiertamente mientras presentaban las enmiendas de su partido al Estatuto de Castilla la Mancha. Usted mismo le ha quitado hierro a unas enmiendas, las de su partido, que tratan –también- de echar el cerrojazo al acueducto.
¿Por qué, si no, el diputado nacional del PP por Castilla La Mancha y viceportavoz de su partido en el Congreso, Arturo García Tizón, se lamenta de que los socialistas hablen de la caducidad del Trasvase en el preámbulo del Estatuto a sabiendas de que así carece de valor normativo? ¿Por qué alardea de que han sido los populares los auténticos artífices de la propuesta de una reserva de 600 hectómetros cúbicos? ¿Por qué se felicita de que, con sus enmiendas, los castellano-manchegos puedan tener, incluso, un adelanto en la fecha de extinción del trasvase? Luego seremos los socialistas murcianos los que matamos a Manolete.
Ante estas provocaciones y, lo más grave, ante la posibilidad de que García Tizón y los suyos terminen por llevarse el gato al agua, su Gobierno regional, Sr. Valcárcel, permanece impertérrito y los diputados nacionales del PP, sonrientes. Quizá acaricien sus señorías la idea de seguir haciendo acopio de votos en base al pseudonacionalismo hídrico que con tanto mimo han cultivado. Una estrategia que ha calado en lo más profundo del sentir de los murcianos, aunque, de manera paradójica, el Partido Popular haya ninguneado sistemáticamente a nuestros regantes. Aunque, por ejemplo, la Región de Murcia ocupe, junto a Valencia, el furgón de cola de todas las comunidades autónomas en la gestión de los fondos europeos agrarios procedentes de la Política agraria común. Aunque, durante los ochos años en los que el PP gobernó este país sus únicas aportaciones a la solución del déficit hídrico fueran colocar primeras piedras de quita y pon y tuberías de atrezzo en Campos del Río, a quince días de las elecciones. Aunque boicoteen las desalinzadoras…
Pues déjenme decirles, señoras y señores, que esto ya no es una cuestión de estrategia electoral, de votos. Es una cuestión de supervivencia.
Como viene siendo habitual, su Grupo Parlamentario, planteó ayer en la Asamblea Regional una serie de preguntas encaminadas a su lucimiento personal y, lo más grave, a emitir mensajes erróneos y confusos a la opinión pública. Sólo así se entiende que usted no haya sido capaz de emitir con contundencia, ni en una sola ocasión, su reprobación a las enmiendas presentadas por su partido al Estatuto de Castilla-La Mancha, y que ponen en peligro la viabilidad del trasvase tanto o más que las presentadas por el Partido Socialista.
Hay una diferencia evidente entre ustedes y nosotros. Lo sabe. Y sabe también que esa diferencia no le es ajena a la ciudadanía ni a los mayores afectados en este conflicto: los regantes de nuestra tierra.
Nosotros hemos tenido la suficiente valentía para rechazar, repito, sin paliativos, aquello que no es bueno para la Región, anteponiendo el interés general de aquellos a los que nos debemos, los ciudadanos, y muy especialmente los agricultores, por encima del interés partidario. Algo de lo que ustedes, hoy por hoy, no pueden presumir.
Pero hay algo aún peor y que no me cabe ninguna duda de que terminará pasándole factura: Usted está dinamitando día a día la posibilidad de que todas las fuerzas políticas de la Región de Murcia vayamos unidos en la defensa del trasvase, que es, lo que pide el sentido común y lo que exigen aquellos a quienes representamos.
Sr. Valcárcel. Esta es la hora en la que usted no ha reprobado la actitud de los diputados nacionales de su partido por Murcia, que la pasada semana sonreían abiertamente mientras presentaban las enmiendas de su partido al Estatuto de Castilla la Mancha. Usted mismo le ha quitado hierro a unas enmiendas, las de su partido, que tratan –también- de echar el cerrojazo al acueducto.
¿Por qué, si no, el diputado nacional del PP por Castilla La Mancha y viceportavoz de su partido en el Congreso, Arturo García Tizón, se lamenta de que los socialistas hablen de la caducidad del Trasvase en el preámbulo del Estatuto a sabiendas de que así carece de valor normativo? ¿Por qué alardea de que han sido los populares los auténticos artífices de la propuesta de una reserva de 600 hectómetros cúbicos? ¿Por qué se felicita de que, con sus enmiendas, los castellano-manchegos puedan tener, incluso, un adelanto en la fecha de extinción del trasvase? Luego seremos los socialistas murcianos los que matamos a Manolete.
Ante estas provocaciones y, lo más grave, ante la posibilidad de que García Tizón y los suyos terminen por llevarse el gato al agua, su Gobierno regional, Sr. Valcárcel, permanece impertérrito y los diputados nacionales del PP, sonrientes. Quizá acaricien sus señorías la idea de seguir haciendo acopio de votos en base al pseudonacionalismo hídrico que con tanto mimo han cultivado. Una estrategia que ha calado en lo más profundo del sentir de los murcianos, aunque, de manera paradójica, el Partido Popular haya ninguneado sistemáticamente a nuestros regantes. Aunque, por ejemplo, la Región de Murcia ocupe, junto a Valencia, el furgón de cola de todas las comunidades autónomas en la gestión de los fondos europeos agrarios procedentes de la Política agraria común. Aunque, durante los ochos años en los que el PP gobernó este país sus únicas aportaciones a la solución del déficit hídrico fueran colocar primeras piedras de quita y pon y tuberías de atrezzo en Campos del Río, a quince días de las elecciones. Aunque boicoteen las desalinzadoras…
Pues déjenme decirles, señoras y señores, que esto ya no es una cuestión de estrategia electoral, de votos. Es una cuestión de supervivencia.