07 julio 2012

¿ Se deben subir los impuestos a las rentas altas?




Desde el punto de vista de la política impositiva, el crecimiento económico y la igualdad, encontramos  dos hechos relevantes  nuevos[1] que hay que tener en cuenta en el debate de los impuestos  y del diseño de una nueva estrategia fiscal:

- Muchos economistas[2], y  nuevos modelos sobre imposición[3], están reconsiderando la idea de que el capital, la propiedad y las herencias no deben ser gravadas.

- Ahora bien, la globalización económica, la movilidad del capital, y la competencia fiscal por atraer empresas, puede conducir a un concepto usado inicialmente en Estados Unidos a principios del siglo XX , llamado “carrera hacia el fondo”( race to the bottom), es una carrera cuya única ventaja parte de empobrecer al vecino y que termina en niveles fiscales ineficientemente bajos. En definitiva, una subasta a la baja. 

Los viejos modelos de la teoría de la imposición óptima, que han tenido una destacada influencia entre los políticos y los  policymakers durante, tienen su origen en la teoría económica neoclásica, en el uso estándar de los modelos de equilibrio general de Arrow-Debreu. Más concretamente, del segundo teorema de la economía del bienestar se deriva que no existe argumento de eficiencia a favor de la intervención pública, y la forma eficiente de conseguir los objetivos de equidad consiste en redistribuir de forma neutral, ello hace prácticamente imposible  la intervención pública, de tal manera  que siempre habrá un intercambio( trade-off)  entre eficiencia y equidad.

Dicho de otra modo, los impuestos tienen un fuerte efecto distorsionador sobre la asignación de recursos en la economía. Impuestos sobre el capital y fuertes niveles de progresividad real pueden influir de forma negativa sobre el ahorro, sobre el capital y en definitiva sobre la producción, y sobre la oferta de trabajo.
Las consecuencias prácticas de la teoría económica de la imposición óptima[4] son muy conocidas: una escala de tipos del gravamen más proporcional;  moderación en los impuestos a las rentas altas, a las del capital, así como, para los beneficios empresariales, y un mayor peso en el conjunto de la tributación de los impuestos indirectos.

 Una parte del  análisis económico esta reconsiderando las posiciones clásicas de la teoría impositiva: partiendo de supuestos más realistas, se llega a conclusiones distintas a las convencionales. Una buena síntesis divulgativa de los nuevos modelos de imposición, la podemos encontramos en artículo de  la revista de The Economist [5] el 5 de mayo de 2012:

1º.- Las rentas altas tienen incentivos a pagar más en la medida que unas elevadas tasas de desigualdad en la sociedad implicará, en el futuro, unos incrementos impositivos cuasi expropiatorios.

2º.- Los mercados de capital son imperfectos, de tal manera que los contribuyentes de todo tipo de rentas no pueden asegurarse contra todo tipo de riesgos, en ese contexto grabar el capital es una vía para conseguir un seguro personal y familiar contra dichos riesgos.

3º.-  En los modelos de horizonte infinito el público ahorra para consumir más en el futuro. Sin embargo, con supuestos más realistas, de horizonte finito, justamente cuando suben los impuestos, porque la rentabilidad del ahorro se reduce y para poder tener una pensión mayor se tiene incentivos a ahorrar más en el presente.

4º.- Lo mismo sucede con las herencias, en un horizonte finito, para dejar una mayor herencia, cuando se incrementan los impuestos sobre la riqueza en el presente,  se tienen más alicientes para ahorrar e invertir en el presente.

Hasta aquí un resumen, muy sintético, de las últimas aportaciones de la teoría económica en materia impositiva. Utilizando las conclusiones de dichos modelos pasaré a discutir las recomendaciones de la teoría de la imposición óptima, para ello utilizaré los conocidos elementos de la curva del conocido economista Arthur  Laffer.  A partir de dicha proposición se podría decir, que hay, al menos, tres derivaciones de la  curva de Laffer:

1ª.- Una subida de impuestos distorsiona el funcionamiento de la economía y la recaudación. A dicha proposición, se puede contraponer, tal como se ha visto anteriormente  que hay modelos en la  teoría económica que concluyen  que  la distorsión si existe es pequeña.

2ª.- Un incremento de la presión fiscal, especialmente, sobre el capital y las grandes empresas, tendría un efecto elusión vía salida de capitales y grandes empresas buscando una imposición más baja. Este efecto es especialmente significativo, y a considerar,  en un contexto de globalización económica y para  países medianos y pequeños.  La manera de combatir este efecto es por la vía de una armonización fiscal  e intensa coordinación internacional en la lucha contra el fraude y  los paraísos fiscales. Desde este punto de vista no se entiende que en la Unión Europea no haya una apuesta por la armonización fiscal y que en el seno de la misma existan paraísos fiscales.

3ª.- Cuando suben los impuestos hay un mayor acicate, sobre todo en un contexto de crisis económica, para incrementar la economía sumergida,  el fraude  y la elusión fiscal. Es decir, una curva de Laffer a la española. El mayor antídoto en este caso es perseguir el fraude fiscal, el camino no  es aprobar una amnistía fiscal para los defraudadores.

Finalmente, y a partir de lo expuesto anteriormente, se deben extraer una serie de conclusiones de cara a una reorientación de la arquitectura fiscal  en España,  en un contexto en el que es  preciso, un plan de consolidación fiscal para los  próximos años de la economía española que ponga más acento en el incremento de los ingresos que el recorte por el lado de los gastos. Sobre todo si  se piensa que en la Unión Europea, los ingresos públicos  se sitúan  en el 35,1% del PIB, frente al 44,6% de la UE-27;  y el gasto público español es del 43,6 del PIB frente al 49,1 de la UE-27, todo ello con datos de 2011. 

 A mi juicio, tres grandes conclusiones se derivan de lo anterior para la política impositiva española:

       a)    Hay un amplio margen para una política impositiva que combine igualdad y eficiencia económica.

2     b)     Es necesario, una armonización fiscal  e intensa coordinación internacional en la lucha contra el fraude y  los paraísos fiscales, especialmente en el seno de la Unión Europea, para evitar los efectos de la competencia fiscal a la baja. En este punto, subidas de  impuestos a la propiedad, por definición, son las más inmunes a una subasta a la baja, y las que menos distorsionan el funcionamiento de la economía.

3    c) Se hace precisa una ambiciosa política de lucha contra el fraude ,esto junto a la necesaria coordinación internacional impositiva, permitirá incrementar las bases imponibles, es decir, que todos paguen para que de esa manera no tengamos que cargar con unos tipos más altos a los que ya pagan en España,  que en su mayoría son las rentas medias.  Añadiendo equidad al sistema impositivo.






[1] La fiscalidad verde no es un hecho nuevo, pero se deberá tener muy en cuenta en la reforma impositiva, por sus efectos sobre la eficiencia económica y su potencial recaudatorio.
[2] Algunas referencias :  Conesa, Juan Carlos, Sagiri Kitao, and Dirk Krueger.(2009): "Taxing Capital? Not a Bad Idea after All!." American Economic Review, 99(1): 25–48.
   Emmanuel Farhi, Christopher Sleet, Ivan Werning and Sevin Yeltekin.(2012) "Non-linear capital taxation without commitment", Review of Economic Studies.
[3] Un ejemplo se puede encontrar en: Peter A. Diamond and Emmanuel Saez. (2011):”  The Case for a Progressive Tax: From Basic Research to Policy Recommendations “, CESifo Working Paper Series No. 3548. Massachusetts Institute of Technology (MIT) - Department of Economics and University of California, Berkeley .
[4] Un resumen reciente se puede encontrar en la revista Papeles de Economía Español, nº 125/126, (2010):  “ Claves actuales de la fiscalidad del futuro”.
[5] Zero-sum debate. Economists are rethinking the view that capital should not be taxed

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