¿ POR QUÉ NO UN PLAN DE AUSTERIDAD?

Así comienza un artículo que quiero publicar en un periódico de tirada nacional:

“Sobre la actual situación económica internacional se ha escrito mucho, sobre sus causas, características y posibles respuestas. En el caso de España, se ha enfatizado bastante sobre las diferencias con otras situaciones similares, por ejemplo la del 93, tanto las positivas, como el estado de las finanzas públicas, como las aparentemente negativas, como la ausencia de mecanismos monetarios compensatorios.

Un elemento que, en mi opinión, no se ha puesto de relieve suficientemente es que ésta es la primera vez que España afronta una situación complicada desde una gestión descentralizada de buena parte de los instrumentos relevantes que nos quedan. Es cierto que en 1993 ya llevábamos andados 12 años de desarrollo autonómico, pero ni el peso de las Comunidades en el gasto público ni su capacidad de gestión de sus competencias eran comparables a los actuales.

Podríamos simplificar afirmando que, desde entonces, los papeles se han cambiado: el peso de la Administración Central (excluida la Seguridad Social) en el gasto público total se ha reducido a la mitad (más del 40 % hasta el 93 y en torno al 20 % desde 2005), mientras que el de las comunidades autónomas casi se ha doblado (de poco más del 20 % al inicio de los años 90, a casi el 40 % en estos últimos ejercicios). En otros indicadores, como la actividad normativa y reguladora, el cambio ha sido igualmente espectacular, hasta Sobre la actual situación económica internacional se ha escrito mucho, sobre sus causas, características y posibles respuestas. En el caso de España, se ha enfatizado bastante sobre las diferencias con otras situaciones similares, por ejemplo la del 93, tanto las positivas, como el estado de las finanzas públicas, como las aparentemente negativas, como la ausencia de mecanismos monetarios compensatorios”.

Por tanto, la Comunidad Autónoma tiene la obligación de liderar una estrategia para crear una nueva economía, distinta de estos últimos años.

Entre otras cuestiones le he propuesto al PP de Murcia, que plantee un plan de austeridad, que contenga el despilfarro, que reduzca el número de altos cargos, el número de consejerías, así como, la creación de una vicepresidencia económica, que ponga criterio y sentido a todo lo que se haga.