11 enero 2014

2.500 millones de euros menos no es poco





El Instituto Nacional de  Estadística acaba de publicar los datos relativos a la contabilidad regional de 2012. Esta información permite analizar con detalle las consecuencias de la crisis en España y en sus Comunidades Autónomas, y comparar con facilidad la evolución de la actividad económica  entre 2008 y 2012 de las distintas regiones españolas.

De los mencionados datos podemos concluir, en primer lugar, que el Producto Interior Bruto (PIB) de la Región de Murcia ha pasado de 29.100 millones de euros en 2008 a 26.600 millones de euros en 2012. Por lo tanto, durante la crisis, se ha reducido el PIB en 2.500 millones de euros. Todo ello sin tener en cuenta la disminución que se ha producido en 2013. Para hacernos mejor una idea de lo sucedido, esa cantidad es comparable a la producción que proporciona toda la Comarca de Lorca, esa es la cantidad que nos hemos dejado en la crisis.

Dos mil quinientos millones de caída del PIB tienen su traducción diaria en el dolor y el sufrimiento de miles de murcianos y murcianas que han perdido sus empleos y sus empresas durante los años de la crisis, y es que 2.500 millones se notan. Hemos perdido el 8,5% del PIB que teníamos en 2008, una merma de la riqueza regional superior a la que se ha producido en el conjunto de España, porque la disminución en este caso ha sido del 5,4%, por consiguiente se puede afirmar sin temor a equivocarse que la crisis ha sido más intensa en nuestra Región. Si atendemos a la distribución por sectores observaremos que el sector de la construcción se ha dejado prácticamente la mitad de su PIB durante esos años, 1.900 millones de euros, y la industria manufacturera se ha dejado en el camino 240 millones de euros, la agricultura ha resistido, especialmente en los últimos años, y gracias a ella la caída de la renta regional no ha sido mucho mayor.


La segunda conclusión es que desde el principio de la crisis en 2008, el PIB por habitante de España se ha reducido el 6,6%, de 23.858 a 22.291 euros, mientras que la disminución en nuestra Región ha ascendido al 11,4%. Pero, el mejor balance del modelo económico made in Valcárcel, además de la estadística de desempleados, es el dato que representa la renta disponible bruta de los hogares murcianos que es casi un 20% menor que la media de los hogares españoles.

La tercera conclusión a la que podemos llegar con estos datos es que la crisis nos deja más desigualdades, la remuneración de los asalariados ha pasado de representar el  49% del PIB regional al 46,6 en 2012, la caída más acusada se ha producido desde 2010. Estos datos pondrían de manifiesto que se está profundizando en el viejo modelo de crecimiento de la economía murciana basado en salarios aún más bajos y precariedad laboral. Una estrategia de estas características que perdure en el tiempo, profundiza las desigualdades implicando que el consumo sea más pequeño  y por ende un crecimiento aún menor,  y genera una dinámica perversa por la que los empresarios tienen muchos incentivos a competir únicamente bajando salarios y abstrayéndose de los cambios tecnológicos y el papel del conocimiento. Por tanto, si nuestro crecimiento no es inclusivo no será ni duradero ni vigoroso.
   
La Región de Murcia necesita de manera urgente que despleguemos una estrategia económica que permita recuperar el terreno perdido durante tantos años,  que permita aprender de los errores del pasado, en definitiva, que tenga como objetivo no solamente competir más sino competir mejor, no solamente crecer sino crecer creando empleo de calidad y bien remunerado; ello implicaría retos para el corto  y el medio plazo, entre las medidas a implementar son ineludibles y urgentes las siguientes: que ningún proyecto empresarial rentable se quede sin financiación; una reforma de la administración regional que haga más eficiente la prestación de los servicios públicos realizando una evaluación “ex – ante” y “ex – post” de todas las políticas de gasto; un plan de lucha contra el fraude y la elusión  fiscal para que paguen impuestos los que no pagan y que ayude a hacer sostenible la financiación de los servicios públicos fundamentales; incrementar la inversión en intangibles( I+D, educación, formación de trabajadores y empresarios, digitalización de la información de la empresa, etc) que tan buenos resultados está dando en los países que la han realizado; la inclusión laboral de los jóvenes y parados de larga duración movilizando recursos en formación y políticas activas de empleo; cambios en la gestión de las empresas de forma que la toma de decisiones sea más participativa e incluyente; y poner los medios para luchar contra la pobreza. 

Finalmente, la economía privada y pública de la Región de Murcia necesita cambios profundos, el camino de seguir compitiendo en salarios bajos y el de una administración regional mal gestionada, que en definitiva es el modelo de la derecha murciana, nos lleva a una    mayor desigualdad y a un estancamiento permanente.   

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