Fuimos los primeros en señalar las consecuencias de los excesos de la burbuja inmobiliaria, y de la especulación. Me he puesto a recordar, y ya en 1998 escribí un artículo titulado " la Región de Murcia no tan bien", o en 1999 " no pensamos igual", o en 2000 " un nuevo crecimiento". En dichos artículos se comenzaban a señalar las consecuencias de dicho patrón de crecimiento. Hoy desgraciadamente, las mencionadas consecuencias, se han hecho realidad: más paro que la media, mayor destrucción de empresas, mayores problemas de financiación para las empresas- las cajas de ahorros que financiaron en mayor medida los excesos tienen más problemas que el conjunto del sistema financiero-, deterioro de la oferta turística, urbanismo a la carta, ciudades con peor calidad de vida y menos competitivas, suspensión de pagos de los Ayuntamientos y la Comunidad Autónoma, deterioro de la calidad democrática, corrupción, mayorías absolutas, aplausos cobardes de la sociedad civil subvencionada, etc.
He leído y oído que nos equivocamos políticamente poniéndonos enfrente de dicho modelo de crecimiento, he leído que no fue acerdado denunciar la corrupción en la Región, por cierto, el último caso de corrupción conocido, en el Ayuntamiento de Murcia, tiene su origen nuevamente en una denuncia del PSOE.
Hoy más que nunca pienso que nuestra estrategia fue acertada. La volvería a poner en marcha.
Un abrazo.
1 comentario:
Lo facil hubiera sido haber callado y ser seguidistas, en los momentos de euforia económica (seguramente) pudimos parecer unos cenizos que venían "a joder el invento", pero la historia (aún a pesar de los resultados políticos), nos da la razón, y nos da argumentos -aquellos lodos traen estos polvos- pero desde luego alguien se lo tiene que hacer ver... y seguramente son los propios murcianos.
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